martes, 5 de octubre de 2010

Pecado Mortal

Quizá no quepa en tu cerebro esta forma de vengar
mi sufrir y mi soñar, mi añoranza y mi tormento
La amaba tanto, la amé. Le di mi vida, me le entregué
¿Y para qué? -Para cobrármela de sufrimiento

Se cansó de mí, me dejó sin ilusión
Se llevó mis decisiones, se quedó con mi pasión
Y mírala ahora. ¡Ingrata! Se pasea por allí
regodeándose feliz cual la perra más barata

Me mira y se pone seria. No pensó verme pasar
No hay más nadie en estas piedras, sólo dos y oscuridad
Me le acerqué galante como quien quiere conversar
Y se alejó al instante, como queriéndome evitar
Se lo increpé en voz baja: "¿Qué te pasa, corazón?"
No articuló palabra, sólo se paralizó.
Su mirada dijo todo, con un gesto me mató
Descargó todo su odio y con sus ojos me humilló
Mirada hostil y de hartura que no pude tolerar
que tomé de única excusa para lo que iba a pasar.

Tomé su cuello entre mi brazos, la besé y la abracé
casi tan fuerte como antes, con mis recuerdos del ayer
Y ella me opuso resistencia, sólo un minuto, hasta ceder
Hasta rendirse ya sin pulso a mi cariño siempre fiel
Me dominaron mis instintos, fui presa fácil de Luzbel
Sus ojos miran ora extintos como implorando mi merced
Mas la impudicia(puerta abierta) tentó mi espiritu otra vez
así que inerte, blanca, yerta, aún tibia y muerta...
...la violé

Aquí hay una respuesta

¿A qué llamáis deseo?
¿A qué llamáis dolor, piedad, pasión?
¿Podéis acaso ver cuán distintas y semejantes pueden ser estas sensaciones?
Sentí el deseo en manera intensa nunca tanto como hoy
Necesidad se hizo en mí, deseo de verla, de tenerla
Perdí mi pudor, mi vergüenza, mi temor.
¿Qué puede estar pasando en mi cabeza?
¿Qué me hace delirar ya sin razón?
Quisiera que resuma mi emoción en un momento
quisiera compartir mi soledad sin condición
quisiera retener mi excusa inútil y quererla
amarla como nunca antes alguien la amó.
Besé sus labios y fui otro, pues su ternura conmovió
en mi alma ruin, perversa y débil, un sentimiento que hasta hoy
jamás había conocido, jamás pensé sentirlo yo.
Ahora sé el significado de aquello que llaman amor.
Y ahora aquí hay una respuesta
Ahora sé en verdad quién soy:
El elegido para ser sirviente siempre de tu voz.
Y ahora aquí hay una respuesta
puedo sentirla en mi interior
a mi pregunta absurda y tonta de que si acaso existe Dios.
En mis secretos más ocultos pude pensar antes que amé,
pero jamás pasó, lo siento. Es esta la primera vez.
Y ahora aquí hay una respuesta, ahora sé quién eres tú.
La que de alguna forma u otra, sin conocerme bien aún,
pudo cambiar mis confusiones, mis conflictos y emociones,
convirtiéndolos en dones, irradiándoles tu luz.

Anochecer en Primavera

Murmullos sórdidos sin un cojudo motivo
mi memoria comenzó a girar sin querer
Luego al verla recordé qué había sido
lo que trajo este raro placer
Y era tan extraña su agonía
era alegre y a la vez tan fría
que aunque sabía que mucho sufría
sólo de verla a los ojos, reía
Pensarán, pues, que estoy desvariando
que en lugar de reír, estaría llorando
Mas entiendan que nadie sino ella
era así, tan sincera y tan bella
Quien atiende mi sed más oculta
quien la sacia y jamás la revela
Sólo ella, la que ahora me mira
que ha exhalado y dejado la vida
Sólo ella por la que ahora sufro
Puede hacer que sufriendo me ría

Sin pistas

De ti dos cosas: un beso y una rosa
prendida a tu pecho, prendida a tu alma, perdida en misterio
De él: sólo un rastro distante y oculto
perdido en mi mente, perdido por siempre.
De mí: los recuerdos y toda la culpa
vestida de sangre: la tuya y la suya
Del crimen: supuestos, mentiras que dije:
que él era mi amigo y que tú eras virgen

A la mañana siguiente

Corazón de melón, hueco estelar, semillas de arruga
el extracto de cactus pudo abrir su visión
María relaja a su triste vecina, tendida en la arena
y evoca estallidos y un llanto de pena: se fue.
Coraza verde y amarga protege su alma, escudo estriado,
su centro es naranja, carnoso y despide un aroma de amor
desnudo es tan dulce, tan blando, tan frágil y tierno...
Se es más tangible pidiendo perdón.
Descubrí una América y una isla perdida, descubrí todo hoy
intranquilo y en vela, desperté de mi sueño sin prestar atención
No hay motivo de odio, ni una música nueva, no hay color ni dolor.
Ilusión pasajera ha acabado y espera impaciente a quien pueda llegar
Un vacío que llena con su sangre mis venas, me escuchó
Hay un lecho tendido, una fruta viciosa, una brisa ligera y el mar
en el fondo celeste, el dorado se extiende, una tarde se muere: no está
Corazón de melón, núcleo procaz, pepitas en funda
y la duda profunda que acongoja mi paz
Me creé una historia, saturada de gloria,
pero aquí en mi memoria no se puede borrar
el perfume de un fruto, el sabor de la culpa,
y la estúpida idea de volverte a tocar.

lunes, 31 de mayo de 2010

En un Rincón

Llanto melancólico de un desamparado...
El abandono hace sentir su inútil presencia.
—Te acompaño— le parece decir.—Te acompaño.
y no lo escucha, simplemente se va.
Náufrago irrescatable de una isla perdida
de unos sueños inútiles, sin razón.
Perseguía hace algún tiempo un rastro,
un rastro ilógico que ya perdió.
Que perdió o más bien quiso olvidar.
Ya no valía ni el pensamiento.
La huella se asoma ahora lejana
y no provoca el menor sentimiento.
Agudo suena su hiriente lamento,
en las noches de luna plena se puede escuchar.
Sin motivos perciben su aroma ligero,
insensible cual su alma e igual de especial.
El sonido a veces evoca aquel canto
aquella lánguida tonada que antes aprendí.
Un susurro del viento la imita y repite
y cada vez que la escucho me hace sufrir.
—Adiós— parece decir, mirando a la luna.
—Te extraño, mas sé que jamás volverás.
—Te espero—parece decirle el viento al que aúlla.
—Tal vez yo no vuelva, mas sé que vendrás.